Según Economía & Regiones, Cristina Fernández le deja a Mauricio Macri una economía que evidencia la falta acceso al crédito, la elevada dominancia fiscal, el record histórico en el rojo de las cuentas públicas, los desequilibrios monetarios y cambiarios, la falta de estadísticas creíbles y el comercio internacional en fuerte retroceso con exportaciones e importaciones que caen hace cuatro años. 

Política cambiaria
El deterioro de la competitividad, particularmente en las economías regionales
El ancla del tipo de cambio nominal implicó una apreciación del tipo de cambio real que afectó a los productores-exportadores y requirió dosis crecientes de restricciones y proteccionismo para moderar el déficit de balanza de pagos. El combo de medidas deterioró la competitividad de los principales exportadores, sobre todo la de las economías regionales y la industria. Pero más importante aún, el cepo y las restricciones cambiarias desterraron la inversión productiva y nos condujeron a la estanflación. Así, el tipo de cambio real (entre Argentina y EEUU) exhibe una apreciación persistente como consecuencia del avance inflacionario y del tipo de cambio (nominal) cuasi-fijo; lo mismo ocurre con el tipo de cambio real bilateral contra Brasil desde 2011. Ambas variables, si se las ajusta por el costo de capital y la presión tributaria se encuentran más apreciadas que a fines de la Convertibilidad, según E&R.

Efecto no buscado
Los efectos negativos de aplicar una política del dólar como ancla
Según Economía & Regiones, el actual gobierno ha utilizado, sin demasiado éxito, al tipo de cambio como “ancla” contra la inflación y al cepo cambiario como una herramienta para administrar las divisas y evitar una devaluación brusca del peso. Además, esta estrategia incluía tarifas subsidiadas y aumentos salariales mayores a la devaluación con el fin de incentivar el consumo privado, la demanda agregada y el nivel de actividad. Sin embargo, plantea la entidad, este combo de políticas terminó generando el resultado opuesto al buscado. Primero, porque la actual falta de crecimiento de nuestra economía no es un problema de demanda, sino de oferta agregada. Segundo, porque este plan incrementó el desequilibrio de precios relativos y terminó afectando negativamente al sistema productivo al desincentivar la inversión y consecuentemente a la generación de empleo.